Congosto del Entremón
El Congosto del Entremón era un paso arriesgado, difícil y peligroso, solo apto para los más osados navateros. Un paso de aguas rápidas y temidas con remolinos y rocas salientes que se debían ser sorteadas con habilidad.

Los Navateros
Los navateros eran hombres rudos, leñadores del Pirineo. Que se dedicaban a descender la madera de los altos valles pirenaicos, en forma de balsas, hasta las costas del mediterráneo. Su forma de vida duró hasta finales de los años 50. Cuando se cerro el paso del Entremon por la construcción de una gran presa: La presa de Mediano. Sus aguas embalsadas anegaron el pueblo de mismo nombre, que aún hoy se puede ver. Ya sea solo el campanario de la iglesia cuando las aguas están altas o parte del pueblo en años de sequía.
Actualmente un itinerario de tres kilómetros de longitud recorre el congosto del Entremón, muy por encima del nivel del río Cinca, conservando la esencia de una larga fisura tortuosa y salvaje de bellos paisajes de roca blanquecina, aguas turquesas y cielos intensos.

Un sendero entre dos mundo.
El sendero que sigue el trazado del GR1/GR 19 ( sendero histórico de Sobrarbe),empieza en el margen izquierdo del río, un poco después de superar el puente existente en la carretera que va de Mesón de Ligüerre a Palo y Valle de la Fueva. Podemos estacionar nuestro vehículo junto al panel turístico-informativo, cruzaremos al otro lado de la carretera y andaremos por ella unos doscientos metros en sentido ascendente hasta encontrar el pequeño cartel de madera indicativo de GR1 a Humo de Muro , con marcas blanca y roja.
Un itinerario de gran Interés naturalista.
Se trata de un itinerario fantástico donde se aprecian diversas plantas que crecen en las fisuras del roquedo. Como la corona de rey, la petrocoptis, también llamada rompe-piedras o la oreja de oso. Todas ellas aprovechan cada uno de los minúsculos resquicios de la caliza para fijarse y prosperar.

La propia geología del entorno sorprende por si misma. Con un sin fin de oquedades, con sus estalagmitas y estalactitas. Relieves de vértigo pasos estrechos escavados en la roca y paredes verticales interminables.

Nuestros compañeros de viaje serán el río, su susurro y un buen número de aves rupícolas. Al final del trayecto se observan las aguas de la presa de Mediano sobre las que emerge la torre de la iglesia del antiguo pueblo sumergido, que con el tiempo se ha convertido junto a otros en símbolo de los lugares de montaña anegados por las grandes obras hidráulicas.

Ahora lo que podemos hacer es recuperar fuerzas, disfrutar del entorno y prepararse para regresar por el mismo camino, aunque el sendero de gran recorrido GR 19 continuara su trayecto pasando por el pequeño pueblo de Humo de Muro, junto a la fortaleza de Muro de Roda, Griébal, L’Aínsa hasta desvanecerse en los altos valles del pirineo.
Foto: Ferran Guàrdia . Consulta bibliografía: Viñuales, Eduardo “El Mundo de los Pirineos” Especial nº 2 junio 2003.